El Porqué de mi Nickname

Muchos me han hecho esa pregunta. Digo, no hay que ser un genio para descubrir la relación entre mi nombre real (me llamo Samuel) y el nombre del personaje de JRR Tolkien. Pero hay una relación más profunda que nadie conoce.

Yo soy Scout, desde que tenía 9 años. Hace 19 años más o menos, fué mi primer campamento de supervivencia (que todos los que lo vivimos lo recordamos con mucha tristeza, más adelante les contaré por que). Al lugar de acampado, que era una zona rocosa al lado de un río por el cual caía una cascada de 30 mts, teníamos que llegar caminando desde donde nos dejaron las camionetas, y era una caminata algo larga, y la primera de esa magnitud para mi y mi buen amigo Rod (su nombre completo no lo pongo por lo que van a leer más adelante). Esa caminata dejó grandes experiencias en ambos. Ahora sabemos, por ejemplo, que uno mismo debe de hacer su mochila, por que no sabes si mamá y/o papá te va a poner hasta el Molcajete y de esa manera te aseguras de llevar solo lo necesario y de no sobrepasar el peso que puedes soportar. Nosotros no sabíamos eso, y nos fuimos quedando rezagados por llevar mochilas demasiado pesadas. Poco a poco, nos dimos cuenta que no había más camino y que estábamos completamente perdidos.

Era un viernes en la tarde, la noche se cernía sobre nosotros amenazadoramente, comenzaba a llover y la desesperación de no saber a donde dirigirnos fué envolviéndonos como una enorme serpiente deseosa de engullirnos. Rodo no lo soportó, y de sus ojos salieron algunas lágrimas de traicioneras. Me di cuenta en ese momento que tenía dos caminos, ponerme a llorar con el o tomar el papel de el calmado. Me decidí por lo segundo, aunque debo admitir que el primer camino se veía muy tentador. Le dije que no se desesperara, que ibamos a encontrar el camino. En eso, un pequeño escarabajo (o algún bicho, no recuerdo con precisión que era) salío de debajo de la corteza de un tronco y una súbita inspiración me vino a la mente y le dije: "¿Ves a este bicho? Así como el, vamos a encontrar el camino a casa, no hay que desanimarnos".

No se si fué la manera de como se lo dije o las palabras en si, pero parecieron surtir efecto y se calmó. Me contó que en la subida al Volcán Tacaná (a la que yo no fuí por enfermedad) la gente también se rezagaba, pero siempre había alguien que sabía por donde ir, y ellos se iban quedando para guiar a los demás. En este caso nadie sabía el camino, y nadie se quiso quedar.

Estuvimos cerca de media hora alli, sentados en el suelo, pensando que hacer. De pronto, algo llamó nuestra atención. Escuchamos voces, voces conocidas. Le dije, "¿Oyes?" y de pronto, de entre las malezas surgieron varias figuras conocidas. Eran Alex y otros muchachos que no llegaron a tiempo al punto de reunión en la ciudad, y se vinieron por su cuenta, y contrataron a un lugareño para que los llevara a la cascada. De puro milagro habían tomado la misma ruta por la que nos fuimos, y se toparon con nosotros. Nunca le dije a nadie que Rod había llorado, y ese recuerdo fué un secreto para los dos, con el paso de los años esa experiencia se me fué olvidando, hasta que años después, Rod me escribió y me recordó esos momentos, agradeciéndome por haberlo apoyado.

Alrededor del 96, leí la saga de El Señor de los Anillos y me Encontré con la historia de Frodo y Sam. Sam fué la pieza clave para que Frodo tuviera éxito en la misión de deshacerse del anillo. Era su apoyo incondicional. Me sentí extrañamente identificado con Samsagaz Gamyi, al imaginar a los personajes envueltos en sus capas bajo la lluvia en una noche neblinosa en los laberintos rocosos de Emin Muyl, y me vi a mi y a Rod envueltos en nuestros impermeables de la misma manera. Desde entonces uso su nombre como Nickname.