Mis recuerdos de la infancia...

Mientras ceno esta noche, el sabor del chorizo con huevo que estoy degustando (el que me alburee lo madreo) me trajo a la memoria varios recuerdos de mi infancia.

Nosotros vivíamos en una casa rentada en el centro de la ciudad. Era una casona bastante vieja, con techo de teja de barro, paredes de adobe, y cielo raso de madera. En esa casa nació mi mamá, lo cual le daba un valor especial. El poco mantenimiento que se le daba al techo por falta de recursos, ocasionó que la época de lluvias, nos dejara algunas goteras traviesas. Esas goteras yo las disfrutaba al máximo, ya que el agua que se acumulaba en las cubetas y tinas que poníamos, se convertían mágicamente en océanos por los que navegaban los más atrevidos piratas en barcos de papel. Esto hacía los días de lluvia en algo divertido.

Además, las manchas de humedad que quedaban en la pintura del cielo raso, eran para mi, rostros de seres fantásticos, que me veían desde arriba, y, debo confesarlo, a veces me resultaban atemorizantes.

Pero lo que me vino a la mente, en específico, fué un atardecer, después de un día de lluvia, el canal de lámina que recoje el agua que baja por el techo, había hecho con el paso de los años, un pequeño agujero en el suelo del patio en donde habían unas rocas de colores, redondeadas por la fuerza del agua. En este agujero vi a una criaturilla muy rara (que aún después de haber pasado hoy por una escuela de biología, no he logrado descubrir que era) Era una especie de pez, con patas (no era un renacuajo, esos los conozco bien) que no me explicaba como llegó alli. Lo estuve observando por algunos minutos, fuí por una lupa, para verlo mejor, y cuando llegué de nuevo al agujero, ya no estaba. Extraño, ¿verdad?

Esta noche, cené chorizo con huevo, y recuerdo muy bien ese momento, al estar pensando en la extraña criatura que acababa de ver... El huevo no me gusta. Ahora lo como, pero cuando era niño, siempre lo rechazaba, esa noche, comí en silencio, y mi madre se dió cuenta de ese detalle y me dijo "¡Ya vez que si te gusta!". Decidí no replicar, y me quedé con ese recuerdo, el cual atesoré por muchos años.